Escucha a tus Hijos
Escuchar realmente a nuestros hijos es intentar detectar el sentimiento que se esconde detrás de sus palabras, detrás de lo que dicen y de lo que “no dicen”.
Es aceptar sus sentimientos (su miedo, su enfado, su inseguridad…) y mostrárselo a través de nuestro tono de voz, de la postura de nuestro cuerpo y de las palabras que utilizamos. Es decir, utilizar el lenguaje de la escucha activa y de la aceptación.
¿Cómo escuchar a nuestro hijo o hija?
CON OBSERVACIÓN
Cuando escuche a su hijo, esté atento a su rostro y a su lenguaje corporal. Es con el cuerpo, la cara y los gestos, y no tanto con las palabras, como se transmiten los sentimientos. Frecuentemente su hijo le asegurará que no se siente triste o desilusionado, pero un temblor en el mentón o unos ojos demasiado brillantes le dirán a usted lo contrario.
- Identifique los sentimientos que hay detrás de las palabras.
- Identifique el momento en que su hijo desea que le hable y tome parte en la conversación.
CON LOS GESTOS Y CON EL CUERPO
Adopte una postura activa: asentir con la cabeza, brindar una sonrisa, un guiño, una palmada en el hombro o coger la mano de su hijo…
- Mantenga un contacto visual.
- Adopte una expresión facial de atención.
CON LAS PALABRAS
Utilice un tono de voz y volumen adecuados a la respuesta que usted está dando. Recuerde que su tono de voz envía mensajes de una forma tan clara como sus propias palabras. Asegúrese de que su tono no parezca irónico o el de un sabelotodo.
- Utilice frases que demuestren su interés y le animen a hablar “Ya veo,…”, “Háblame de eso…”, “¿De verdad?”.
- Utilice expresiones que reflejen el sentimiento de su hijo: “Pareces realmente enfadado con Luis”, “Se te ve…”, “Supongo que te sientes…”, “Entiendo que…”.
- Utilice expresiones que resuman, pongan en sus propias palabras los comentarios de su hijo: “Si no te he entendido mal…”, “A ver si te he entendido bien, me estás diciendo…”.
Y RECUERDE…
La comunicación empieza cuando escucha a su hijo y le demuestra que entiende sus sentimientos.
- Cuando mira a su hijo, y mantiene una actitud adecuada, le está demostrando que sabe escucharlo.
- Evite criticar, amenazar, hablar en tono doctoral, interrogar y ridiculizar.
- El respeto mutuo implica aceptar los sentimientos de su hijo.
Escuchar activamente implica aceptar los sentimientos que su hijo manifiesta y comunicárselo para que se sienta comprendido. Es como ofrecerles un espejo en el que puedan ver mejor lo que les pasa.
- Aprenda a dar respuestas que expresen específicamente lo que la otra persona siente y lo que quiere decir.
- Deje que su hijo piense y aprenda. Resista el impulso de imponer soluciones, aunque esto le cueste un gran esfuerzo.